sábado, 23 de febrero de 2008

Trujillo


TRUJILLO

La ciudad se encuentra situada al suroeste de la meseta central entre las cuencas del Tajo y el Guadiana coronando un cerro en mitad de una extensa llanura a 48 kms de Cáceres.

En ella han vivido pueblos como los Ligures, los Cempsi y los Vettones de los que se tiene constancia que colaboraron con Viriato en su lucha contra la ocupación romana.
El origen de su nombre se debe a la evolución del Turgalium romano, que pasó a ser el Torgiela musulmán para acabar siendo Truxiello en la Edad Media.

El máximo apogeo de Trujillo llegó en la conquista de América durante los siglos XV y XVI, cuando personajes como Francisco Pizarro (conquistador del imperio inca), Francisco de Orellana (descubridor del Amazonas) y Diego García de Paredes (fundador de la ciudad de Trujillo en Venezuela) hicieron que la localidad fuese conocida como “cuna de conquistadores”.

Hoy día es una de las poblaciones es una de las zonas más visitadas en Extremadura debido a su bien conservado conjunto monumental renacentista.

Comenzaremos la ruta por la porticada Plaza Mayor, señorial y renacentista, punto de referencia de la ciudad donde las familias nobles edificaron sus residencias. En ella tienen lugar “El Chíviri” celebrada el domingo de Resurrección, fiesta declarada de interés Turístico Regional, y la Feria del Queso a finales de abril.
Presidiendo esta plaza se halla la estatua ecuestre de Francisco Pizarro obra de Charles Rumsey y donada a Trujillo en 1929.



El Palacio de los Marqueses de la Conquista conocido popularmente como el Palacio del Escudo fue construido en el s. XVI por Hernando Pizarro, hijo del conquistador. Sobre el balcón puede verse el inmenso escudo de armas que el emperador Carlos V concedió a Francisco Pizarro.


El Palacio de los Duques de San Carlos empezó a construirse en el s.XVI como consecuencia de la alianza entre las familias Vargas y Carvajal, siendo su escudo de armas el que aparece en el balcón esquinado de la Plaza Mayor. Actualmente es un convento de monjas jerónimas.


La Iglesia de San Martín está situada a la espalda de la estatua de Pizarro. Diferenciamos dos estilos en sus fachadas, la que da a la Plaza Mayor de estilo renacentista-clásico con arco de medio punto, y la que da al Palacio de los Duques de San Carlos, de estilo gótico.


Sin salir de esta plaza también podemos ver el Palacio de las Cadenas con su famosa Torre del Alfiler, y el Palacio de los Marqueses de Piedras Albas.

Tomando por el Cañón de la Cárcel se llega al Palacio de Juan Orellana-Pizarro, el que fue primer corregidor de la ciudad de Cuzco a finales del s.XVI. Se conoce también como Casa de Contratación porque en ella se enrolaban los que querían iniciar su andadura por Perú.


Las Murallas fueron realizadas en la época musulmana con muros de mampostería y reutilizando sillares romanos; se conservan 17 torres con almenas cuadradas rematadas en pirámides.
Se conservan cuatro puertas, la de Coria, Santiago, San Andrés y la del Triunfo.

La Puerta de Santiago conduce a la parte más alta y más antigua de la ciudad.
Junto a ella se encuentra la Iglesia de Santiago, construida en el s.XIII y de estilo románico.


El Castillo fue construido sobre una antigua fortificación romana entre los s.X y XI, en plena época califal, en la zona más elevada de la ciudad, sobre el conocido “Cabezo de zorro”. Desde ahí se tienen unas impresionantes vistas de la ciudad así como de la extensa llanura que la rodea.
Sobre una de sus puertas se encuentra el Santuario de la Virgen de la Victoria, patrona de la ciudad.


La original Iglesia de Santa María la Mayor es de estilo tardorrománico, s. XII-XIII, aunque de aquella solo subsiste el campanario. Fue reformada entre los s.XV-XVI, lo que explica su aspecto gótico. Fue construida sobre una antigua mezquita musulmana.



Qué comer:

Extremadura, como bien es conocido, es magnífica tierra de productos ibéricos. En sus dehesas se crecen los cerdos con los que luego vamos a deleitar a nuestro paladar. Así no es difícil encontrar buen jamón o lomo en Trujillo o en cualquier otro lugar de la zona. Para beber mientras picamos algo podremos tomar el vino de pitarra, el típico de la zona. Los amantes del queso van a poder comer la torta del casar tan típica extremeña.

Rodeando la Plaza Mayor de Trujillo hay varios bares en los que en una tarde soleada vamos a poder disfrutar mejor de un rico aperitivo en un gran entorno.


A Trujillo hay que ir, hay que ver su conjunto monumental, hay que caminar por sus calles empedradas, hay que apreciar cómo han sabido conservar su pasado y compartirlo.