martes, 17 de febrero de 2009

Palas de Rei - Ribadiso da Baixo


Etapa 5: PALAS DE REI - RIBADISO DA BAIXO (27 Kms)

Esta fue la etapa más larga de nuestra andadura peregrina. En la guía que llevábamos decía que había 24 kms y en el albergue de Ribadiso nos confirmaron que había 27 kms, una gran diferencia a estas alturas de camino.

Como nos habíamos quedado en el albergue nuevo de Palas de Rei que está antes de llegar al núcleo urbano, nuestra etapa comenzó atravesando el pueblo.

Tras una sucesión de tramos asfaltados y de caminos cogimos una corredoira hasta San Xulián do Camiño. Pasamos por Pontecampaña y Casanova, y por los ríos Pambre y Porto. Entre Coto y Cornixa está el límite entre las provincias de Lugo y A Coruña.

Las vistas que nos ofrecía esta etapa estaban a la altura del Camino de Santiago.




Tras un tramo en paralelo con una carretera nacional tomamos una antigua calzada romana que nos conduce a Leboreiro.
Es inevitable detenerse en el puente medieval de Furelos y fotografiar esas vistas.


El camino continúa y llegamos a Melide atravesando todo el núcleo urbano, el cual nos ofrece todo tipo de servicios y establecimientos que no solemos encontrar en otras poblaciones.


Pasaremos por Parabispo, A Peroxa, Boente, Castañeda, Fraga Alta, Boroña y finalmente Ribadixo da Baixo.

El valle del río Boente nos conduce nuevamente a un remanso de tranquilidad donde la frondosidad de la vegetación apenas deja ver los rayos del sol. Hay que verlo.


Después de la última parte donde se sucedían las subidas y las bajadas en pendiente y cuando estábamos a punto del agotamiento gracias también al calor de mediodía apareció el albergue.

Nos habían hablado muy bien de él y cumplió con creces las expectativas creadas. Está a la orilla del río Iso en cuyas aguas se agradece sumergir los pies (está demasiado fría como para pensar en bañarse allí), una estampa idílica a la que acompaña sus instalaciones, bien cuidadas, muy limpio… Si tuviera que elegir uno entre todos los albergues en los que pernoctamos sin duda alguna sería el de Ribadixo da Baixo. Recomendable cien por cien.


Poco después de llegar a la provincia de La Coruña paramos a desayunar en Casa de los Somoza en Coto - Leboreiro, posiblemente ha sido en conjunto el mejor sitio de todos aquellos en cuantos estuvimos. Tenía una terraza enorme pero lo que más llamaba la atención era una zona verde (no muy raro en Galicia) muy apropiada al Camino situada en otra parte de la terraza. Cabe destacar muy por encima de todo la hospitalidad de los dueños. Allí nos hicimos algunas fotos caracterizados con el sombrero, el bastón y la calabaza.

Para comer fuimos al Mesón Rural Ribadiso, justo al lado del albergue. El menú era gallego, muy abundante.

viernes, 6 de febrero de 2009

Portomarín - Palas de Rei



Etapa 4: PORTOMARÍN - PALAS DE REI (25 kms)

Abandonamos Portomarín cruzando por una pasarela sobre el embalse de Belesar donde dejamos las vistas del Miño.


Pasamos por Toxibo, Gonzar, Castromaior, Hospital da Cruz y Ventas de Narón. Proseguimos camino llegando al alto de Ligonde. Un simpático lagarto de un verde muy intenso tuvo el detalle de posar para la cámara.


La siguiente comarca que atravesamos es Ulloa, donde Emilia Pardo Bazán ambientó su famosa novela “Los Pazos de Ulloa”

El cruceiro de Lameiros merecía que nos detuviéramos a contemplarlo. En la base se puede ver la calavera y en la cruz se ve al crucificado con la Angustia.


Tras pasar por el río Ligonde ascendemos hasta Eirexe y Monterroso, donde iniciamos el descenso a Portos, Lested, Valos y Brea. Poco después de alcanzar el Alto del Rosario llegamos a Palas de Rei.

Nos alojamos en uno de los dos albergues de Palas de Rei, uno que está antes de llegar al núcleo urbano y que fue inaugurado hace no demasiado tiempo. Cuenta con unas buenas instalaciones y está bien acondicionado.


Cerca de allí hay una piscina por si el calor aprieta y el restaurante La Cabaña, que también puede presumir de platos muy abundantes.

Palas de Rei cuenta con numerosos servicios aunque pasamos por allí un domingo con lo que las opciones se reducen.


Esta fue una de las etapas más difíciles porque me rompí literalmente. A media etapa cuando iba bajando una pequeña cuesta noté como me crujía la rodilla y a partir de ese momento me cambió el ritmo del camino. La cuarta etapa fue en la que menos fotos hice y en la única en la que me planteé que quizá no podría acabarlo. Así que me lo tomé con un poco más de paciencia, venda elástica e ibuprofeno. Y llegué hasta Santiago de esta guisa.