PEÑALARA
El Parque Natural de Peñalara tiene esta consideración desde 1990, aunque ya en 1930 fue considerado como Sitio Natural de Interés Nacional. Está situado en el municipio de Rascafría y alberga la cumbre más alta de la Comunidad de Madrid, con 2.428 metros, además de restos de glaciares y fauna y flora de inmenso valor.
En los últimos años, Peñalara ha vivido un proceso de restauración ambiental que ha conseguido dotar de aún más valor al Parque destacando el desmantelamiento de la estación de esquí de Valcotos entre las acciones llevadas a cabo.
Actualmente es una de las zonas más concurridas de la sierra de Guadarrama porque cuenta con varias rutas marcadas que se adaptan a la forma física de los senderistas. Aquí podemos ver un mapa en el que podemos seguir hasta seis rutas marcadas diferentes.
El Parque Natural de Peñalara tiene esta consideración desde 1990, aunque ya en 1930 fue considerado como Sitio Natural de Interés Nacional. Está situado en el municipio de Rascafría y alberga la cumbre más alta de la Comunidad de Madrid, con 2.428 metros, además de restos de glaciares y fauna y flora de inmenso valor.
En los últimos años, Peñalara ha vivido un proceso de restauración ambiental que ha conseguido dotar de aún más valor al Parque destacando el desmantelamiento de la estación de esquí de Valcotos entre las acciones llevadas a cabo.
Actualmente es una de las zonas más concurridas de la sierra de Guadarrama porque cuenta con varias rutas marcadas que se adaptan a la forma física de los senderistas. Aquí podemos ver un mapa en el que podemos seguir hasta seis rutas marcadas diferentes.
Nuestra ruta fue una mezcla de la ruta 1, la ruta 2 con una ligera variación y la ruta 3 desde la laguna.
Partimos del Puerto de Los Cotos (1.830 m). La primera parada fue la Fuente de Bernaldo de Quirós para llenar la cantimplora. El Mirador de Lucio será la parada previa a la caseta de información donde es recomendable pararse y enterarse del estado del Parque.
Seguimos avanzando y cogemos un camino de tierra en donde la subida empieza a notarse.
A continuación llegamos al Mirador de la Gitana. Tras lo cual el camino se bifurca llegando a un tramo en zig-zag que nos conduce a la Hermana Menor (2.268 m) y justo después a la Hermana Mayor (2.285 m). Aquí merece la pena pararse a ver Siete Picos, Segovia, la meseta castellana, etc...
Tras la enésima parada que aprovechamos para hacer fotos y recuperar el aliento iniciamos la ascensión al Pico de Peñalara (2.428 m). Y lo conseguimos pese a algunas flaquezas durante la ascensión. Hasta aquí habremos caminado 5 kms.
Lo más sorprendente al llegar allí arriba es no ver nada a más altura que nosotros.
En la bajada seguimos el mismo camino que nos había llevado a la cima hasta el Área 2.100 en el que cogimos dirección hacia el Cobertizo de Zabala.
La laguna estaba ahí, cerca, a unos metros, con lo que nos decidimos a llegar por el camino más corto aunque era una bajada de grandes piedras que ponían a prueba nuestra habilidad para mantener la verticalidad.
Y al final llegamos a la laguna. Actualmente se encuentra vallada para evitar que la gente se acerque a ella y continúe la erosión que se generó a raíz de la afluencia de gente.
Para volver seguimos por el camino entarimado. A unos 500 metros está el Chozo de la Hoya, en el que se bifurca, uno conduce al Área 2.100 y en este caso el de la izquierda nos llevará al lugar de inicio. Pasaremos por la Fuente de Cedrón y por la antigua pista de esquí que reconoceremos por tratarse de una zona podada. Siguiendo por este sendero llegamos al Cobertizo del Depósito. Solo nos quedan unos 500 metros para llegar al punto de partida.
Con lo que habremos concluido una ruta de aproximadamente 10 kms.
Qué comer
Algo que no debemos olvidarnos nunca cuando vamos al monte es la comida y el agua. Es imprescindible por varios motivos, primero para reponer las fuerzas que se nos van quedando durante el ascenso, y segundo porque si ocurriera algo tendríamos algo que llevarnos a la boca y aguantar mejor.
Si no llevamos los bocadillos preparados de casa, en el mismo aparcamiento de Cotos hay una cafetería, La venta de Marcelino, que nos puede preparar bocadillos fríos o calientes. Pero además de los bocadillos siempre es recomendable llevar unos frutos secos y algo de chocolate.
Fuentes solamente hay al inicio del camino, por lo que es conveniente ir bien pertrechados con agua o alguna bebida isotónica. Claro que tampoco es bueno ir con un exceso de líquidos ya que debido a su peso nos harán incómoda la marcha.
Tomarse un caldito a la vuelta si hace un poco de frío es una magnífica opción, y el que preparan en La Venta de Marcelino está muy bueno.
Es una ruta muy variada porque se van a suceder tramos densamente poblados de árboles con otros totalmente secos. Es curioso el hecho de que a partir de cierta altura los árboles dejan de crecer.
Las vistas son espectaculares, el Valle de Lozoya, la Cuerda Larga, la Pedriza…
Alguna gente, como yo, que no estamos acostumbrados a las alturas y además con falta de forma física, podemos sufrir a ratos durante la subida. Hay tramos de pendientes duras en las que se echa de menos no estar al nivel del mar.
Pero aún así, merece la pena hacer esta ruta.
Partimos del Puerto de Los Cotos (1.830 m). La primera parada fue la Fuente de Bernaldo de Quirós para llenar la cantimplora. El Mirador de Lucio será la parada previa a la caseta de información donde es recomendable pararse y enterarse del estado del Parque.
Seguimos avanzando y cogemos un camino de tierra en donde la subida empieza a notarse.
A continuación llegamos al Mirador de la Gitana. Tras lo cual el camino se bifurca llegando a un tramo en zig-zag que nos conduce a la Hermana Menor (2.268 m) y justo después a la Hermana Mayor (2.285 m). Aquí merece la pena pararse a ver Siete Picos, Segovia, la meseta castellana, etc...
Tras la enésima parada que aprovechamos para hacer fotos y recuperar el aliento iniciamos la ascensión al Pico de Peñalara (2.428 m). Y lo conseguimos pese a algunas flaquezas durante la ascensión. Hasta aquí habremos caminado 5 kms.
Lo más sorprendente al llegar allí arriba es no ver nada a más altura que nosotros.
En la bajada seguimos el mismo camino que nos había llevado a la cima hasta el Área 2.100 en el que cogimos dirección hacia el Cobertizo de Zabala.
La laguna estaba ahí, cerca, a unos metros, con lo que nos decidimos a llegar por el camino más corto aunque era una bajada de grandes piedras que ponían a prueba nuestra habilidad para mantener la verticalidad.
Y al final llegamos a la laguna. Actualmente se encuentra vallada para evitar que la gente se acerque a ella y continúe la erosión que se generó a raíz de la afluencia de gente.
Para volver seguimos por el camino entarimado. A unos 500 metros está el Chozo de la Hoya, en el que se bifurca, uno conduce al Área 2.100 y en este caso el de la izquierda nos llevará al lugar de inicio. Pasaremos por la Fuente de Cedrón y por la antigua pista de esquí que reconoceremos por tratarse de una zona podada. Siguiendo por este sendero llegamos al Cobertizo del Depósito. Solo nos quedan unos 500 metros para llegar al punto de partida.
Con lo que habremos concluido una ruta de aproximadamente 10 kms.
Qué comer
Algo que no debemos olvidarnos nunca cuando vamos al monte es la comida y el agua. Es imprescindible por varios motivos, primero para reponer las fuerzas que se nos van quedando durante el ascenso, y segundo porque si ocurriera algo tendríamos algo que llevarnos a la boca y aguantar mejor.
Si no llevamos los bocadillos preparados de casa, en el mismo aparcamiento de Cotos hay una cafetería, La venta de Marcelino, que nos puede preparar bocadillos fríos o calientes. Pero además de los bocadillos siempre es recomendable llevar unos frutos secos y algo de chocolate.
Fuentes solamente hay al inicio del camino, por lo que es conveniente ir bien pertrechados con agua o alguna bebida isotónica. Claro que tampoco es bueno ir con un exceso de líquidos ya que debido a su peso nos harán incómoda la marcha.
Tomarse un caldito a la vuelta si hace un poco de frío es una magnífica opción, y el que preparan en La Venta de Marcelino está muy bueno.
Es una ruta muy variada porque se van a suceder tramos densamente poblados de árboles con otros totalmente secos. Es curioso el hecho de que a partir de cierta altura los árboles dejan de crecer.
Las vistas son espectaculares, el Valle de Lozoya, la Cuerda Larga, la Pedriza…
Alguna gente, como yo, que no estamos acostumbrados a las alturas y además con falta de forma física, podemos sufrir a ratos durante la subida. Hay tramos de pendientes duras en las que se echa de menos no estar al nivel del mar.
Pero aún así, merece la pena hacer esta ruta.