Cuentan que en el lugar que ocupan las aguas de este lago existió un pueblo llamado Villanueva de Lucerna y que una noche de tormenta un caminante que pasaba por allí, vestido con una capa vieja y apoyado en un bastón del que colgaban dos conchas de peregrino, llamó a todas las puertas pidiendo cobijo, pero nadie se lo dio. Tan solo unas mujeres caritativas que amasaban harina en un horno le ofrecieron un poco de pan al calor de la lumbre.
En la noche del 10 de enero de 1959 una violenta tormenta provocó la rotura de la presa de Vega del Tera, aguas arriba del Lago. La riada provocada le arrebató la vida a 144 personas de Ribadelago Viejo que quedó prácticamente derruido. Cerca de él se levantó Ribadelago Nuevo para alojar a los supervivientes de aquella fatídica noche.
El Parque Natural es un lugar ideal para la práctica de senderismo por su paisaje y por su morfología. Encontramos hasta diez rutas diferentes. Nosotros hicimos la Ruta 5.
Ruta 5: Ribadelago – Laguna de Sotillo
- Caminos entre árboles:
- La Laguna de Carros, parada obligada de la ruta:
- Ribadelago se va haciendo más pequeño según ganamos altura:
- Una imagen espectacular del Lago de Sanabria y de la Laguna de Carros:
- Las Cascadas de Sotillo:
- Un valle:
- La altiplanicie más elevada del recorrido:
- La Laguna de Sotillo, nuestro objetivo:
Esta ruta es muy recomendable básicamente por las vistas que regala aunque es bastante dura por la fuerte subida que tiene.
Tiene un aspecto mejorable, la señalización. Hay señales pintadas en piedras que pasan casi desapercibidas y hay tramos donde se agradecería tener alguna referencia.
Fuimos un sábado de abril con buen tiempo. Únicamente nos encontramos con dos personas en todo el camino, aproximadamente once kms y unas cinco horas incluyendo parada de avituallamiento. Raro, muy raro, tener un sitio así y no disfrutarlo.