Palmira fue una antigua ciudad situada en un oasis en el norte del desierto de Siria, a unos 240 km al noreste de Damasco.
Según la tradición, fue fundada por Salomón, rey de Israel. En la Biblia se la denomina Tadmor, nombre que recibe la actual ciudad que ocupa el antiguo emplazamiento de Palmira.
Debido a su enclave estratégico fue una próspera parada de caravanas durante el siglo I a.C.
Palmira se convirtió en puesto avanzado romano e importante ciudad-estado dentro del Imperio Romano durante el siglo I d.C.
Aproximadamente en el año 266, Zenobia
establece en Palmira la capital del reino nabateo, que mantiene su
independencia de Roma durante seis años.
Tras una nueva insurrección frente a los
romanos, Palmira es arrasada en el año 273. Años después, Diocleciano la
reconstruye, aunque nunca llegó a alcanzar la magnitud que tuvo originalmente.
Palmira, en el año 634 fue tomada por los árabes y en 1089 fue completamente destruida por un terremoto. Tras 800 años enterrada bajo la arena del desierto fue redescubierta permitiendo así disfrutar de vistas como las siguientes:
Palmira, en el año 634 fue tomada por los árabes y en 1089 fue completamente destruida por un terremoto. Tras 800 años enterrada bajo la arena del desierto fue redescubierta permitiendo así disfrutar de vistas como las siguientes:
La principal atracción de Palmira son sus
ruinas, entre las que destaca el Templo de Bel, construido en el año 32 d.C. A
pocos metros del templo comienza una gran columnata de 1200 metros que era el
eje de la antigua ciudad, que llegó a alcanzar la cifra de 200.000 habitantes.
A ambos lados de las columnas se conservan restos de antiguos edificios, el
Templo de Nebo, el Teatro, el ágora,…
La Tumba de los Tres Hermanos data del 160 a.C. es la construcción funeraria más importante decorada con estilo sirio-helénico.
Dónde alojarse
Hotel Palmyra Cham Palace. Situado cerca del Templo Baalshamin ofrece unas vistas impresionantes sobre las ruinas.
Dónde comer
La visita fue breve y no tuvimos mucho tiempo para buscar dónde comer, así que nos quedamos en el restaurante Zenobia del Hotel Palmyra Cham Palace.
Desgraciadamente Siria está de guerra a día de hoy, una guerra injustificada como la mayoría de estos conflictos. Hace unas semanas vi unas imágenes que me resultaron familiares, eran de Palmira. La noticia es que lo que antes eran ruinas ahora son ruinas arrasadas por una guerra. Esa es la parte visible, las pérdidas humanas parece que no interesan (nótese la ironía del comentario); lo cotidiano no vende.
Una pena.
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